jueves, 17 de febrero de 2011

Lo que São Paulo NO es

São Paulo NO es una ciudad soleada. Diluvia. Llueve como si fuera el fin del mundo. Y a diario. Yo creía que venía a pasar calor y ponerme morena. Qué engañada estaba... Gracias al cielo esta mañana ha despertado alegre el día y hemos podido tomar un poco el sol. Pero eso, un poquito. Por la tarde quería ir a leer a Ibirapuera en plan Heidi, con mi mantelito de cuadros y mi cesta de mimbre. Ya estaba preparada (casi hasta me pinto los mofletes de rosa y me compro una ovejita) cuando se ha puesto a jarrear. Chuzos de punta en toda regla. Y es que llueve tan, pero tan fuerte que duele cuando las gotas impactan en tu piel. Así que mi gozo en un pozo, nada de Ibirapuera. Lo he cambiado por una tarde em el MASP, el Museo de Arte de São Paulo. La verdad es que la situación en el museo daba un poco de canguele. Como era tarde, estaba yo solita en la sala, con un matón de esos de seguridad que miden 4x4 y encima retumbaban los truenos cada 2 minutos, como si fuera a cumplirse la profecía de Nostradamus. Daba la sensación que se iba a ir la luz y me iba a quedar a oscuras con Rembrandt, Manet y Picasso entre otros... que tampoco hubiera estado mal, muy peliculero.
El MASP
Pues eso, si visitais SP, traed paraguas. La semana que viene me voy al norte, a ver si me da el sol de una vez.
São Paulo tampoco es el lugar indicado para tener un nombre que acaba en ele. He aprendido que en Brasil soy IsabeU. Pero vaya, lo llevo bien.
Y hay otra cosa que debéis saber: São Paulo se pronuncia SaM paulo.

Otro día os cuento más.

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