sábado, 12 de febrero de 2011

Ciudad de contrastes

Estos últimos días han sido una locura. Pisos, pisos, pisos y más pisos. Y llegábamos taaaaan cansados al hotel que no éramos capaces ni de salir a cenar.  Es lo único que hemos hecho esta semana, buscar alojamiento…que está resultando bastante complicado. Parece que las cosas van arreglándose, pero habrá que ver.
Ayer hubo algo así como jornada de bienvenida, pero apenas estuvimos un par de horas, porque tuvimos que ir a ver más pisos. No sé si debería escribir lo siguiente, por no asustar a los que venís aquí de intercambio el año que viene…Bah, total… os contarán cosas similares cuando lleguéis a Brasil. El tema es el siguiente: Un Exchange de FGV estaba alojado en un hostal. La semana pasada pidieron pizzas por teléfono y en cambio de pizzero, aparecieron 4 encapuchados con pistolas, metieron a todos los huéspedes en un baño y robaron todo lo que encontraron. Un susto mortal y una putada capital, sí. Pero vaya, a mí no me ha pasado nada aún y eso que voy con la cámara colgando del cuello y tengo pinta de extranjera… llevo las letras GRINGA (así es como llaman a los guiris aquí) escritas en la frente.
Hoy nos hemos visitado 3 zonas chulísimas de Sao Paulo, que como reza el título de esta entrada, es una ciudad de contrastes. Sobre este lugar hay que hablar en superlativo. En un segundo pasas de barrios paupérrimos, con casas que se caen, a parques preciosísimos rodeados de casas carisísimas y calles con tiendas lujosísimas a sitios donde sólo se come sushi, ramen y arroz. Es muy gracioso el asunto japoneses en Sao Paulo. Está llenito de abuelitas con pinta de japonesas, con gafas grandes y japonesas que hablan portugués y acompañan la comida con té. Muy auténtico.
Liberdade, el barrio nipón

He pasado el parque como muy por encima, y se merece un párrafo entero. Ibirapuera es a Sao Paulo lo que Central Park es a Nueva York. Pero diría que a pesar de ser más pequeño, es más bonito. Más verde por lo menos. Y hay japoneses rellenitos jugando al rugby, lo que me  ha parecido muy gracioso. Y cientos de personas haciendo deporte. Bicicleta, jogging, fútbol, yoga, básquet… de todo. Los brasileños se gustan mucho. Más o menos el 65% de la gente iba sin camiseta, especialmente los hombres, tengan la edad que tengan y sea su barrigón tan grande como sea. Les gusta hacer alarde de sus cuerpos y no hay más tu tía. 
Y hay un estanque enooooorme con cisnes negros y blancos y también ocas salvajes. Tanto verde  me ha hecho sentir un poco como en casa.
Ibirapuera


Me he quemado la nariz y la frente. Parezco un panda.
Hasta aquí, cuando esté instalada os cuento más.

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