Hoy un poquito de Funk brasilero, una horterada muy típica de aquí.
Me da palito contar con pelos y señales la segunda parte del viaje, así que ahí va un resumencillo. Básicamente llegamos hasta Natal pasando por varios lugares, entre los que cabe destacar Praia da Pipa, un pueblecito la mar de mono llenito de argentinos. Allí salimos de fiesta, dormimos en hotelitos monísimos por precios de risa y comimos cosas que no son arroz y frijoles, que nuestros estómagos agradecieron mucho. También paramos en Porto de Galinhas, y si lo menciono no es porque fuera un lugar bonito sino por todo lo contrario. No vayáis. Es una súper concentración de horteras brasileños, así que podéis imaginaros el panorama. Horror.
Y nada, eso. Al llegar a Natal dimos la vuelta y pusimos rumbo a Salvador. Y volviendo conducimos muchas horas y nos pasó lo típico de llegar a un sitio de madrugada y no encontrar hotel porque todo el pueblo duerme. Así que casi –CASI- nos toca hacer noche en el coche. Al final encontramos alojamiento. En Salvador dormimos una noche y al día siguiente cogimos el avión de vuelta a Sampa de madrugada. Colorín colorado, este cuento se ha acabado.
Venga, siguiente: Mujeres.
Hasta hace poco, me pasaba el día únicamente rodeada de hombres. Hombres franceses, para ser más exactos. Mis dos únicas amigas de sexo femenino eran Geevitha y Marjorie, que son francesas también, para variar. Y las veía de manera aislada, sin mezclarlas con los machos. Salir con hombres está bien, me los quiero mucho, pero son hombres…y ya se sabe…si quieres flores tienes que pedirlas, ¿you know what I mean? La cuestión es que empezaba a echar de menos las conversaciones de mujeres. O ir de compras –sin necesidad de comprar nada- o beberse una botella de vino hablando de maquillaje o hacer pasteles y las sesiones de peluquería.
Bien, mi círculo de amistades femeninas se ha ensanchado y ahora tengo otras 3 fantásticas amigas: Laura, Mage y Emily. Una francesa (que rarooooo), una senegalesa (que vive en francia, así que se puede contar como francesa) y una americana que se suman a Geev y a Marjo y que son fantásticas. Ladies’ night coming soon. Watch out, São Paulo. Chicks on speed. Y con ellas me voy a Buenos Aires hacia finales de mes. Moríos de la envidia.
Y por cierto, ando leyendo a Borges y mirad qué bonita frase escribió el señor: “Al cabo de los años he encontrado que la belleza, como la felicidad, es frecuente. No pasa un día en que no estemos, un instante, en el paraíso.”
Y ahí va otra un poco más fúnebre pero no por eso menos espléndida: “El alivio que tú y yo sentiremos en el instante que precede la muerte, cuando la suerte nos desate de la triste costumbre de ser alguien y del peso del universo.”
Suficiente por hoy. Señores, señoras…VÍVANSE.
NO ME PUEDE(S) GUSTAR MÁS
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