domingo, 22 de mayo de 2011

Portugués para hispanohablantes idiotas

Circunstancias de la vida, mi humor y yo no hemos estado muy por la labor de manteneros informados. Lo cierto es que, debido a acontecimientos que no vienen al caso, mi existencia ha adolecido encefalograma plano estas últimas semanas. Mi tiempo ha trascurrido bastante entre té, tabaco y libros. No siempre juntos, no siempre sola. La cuestión es que no he hecho nada que merezca –o deba- ser escrito, así que eso. 
En realidad, ayer NO fui a una fiesta que SÍ lo hubiera merecido. Así que hoy NO tengo experiencia que contaros. Por eso voy a daros una clase de portugués.
Pero antes voy a contaros un poco sobre la fiesta y el motivo por el cual no fui, para no dejaros con la duda.
No fui porque, por si aún no lo habéis deducido, soy un desastrillo. Y como buen desastrillo, perdí la entrada –me di cuenta cuando ya estaba vestida, pintada y acicalada (esta palabra me encanta). Comprar la entrada en la puerta de nuevo hubieran sido como 200R$, a lo que hubiera tenido que sumarle gastos de transporte –taxi, vaya- y blablablá…además llevo –llevaba- unos días sin tomar mis pastillas de hierro, lo que me provoca algo así como profundo cansancio sostenido, sumado a mi situación psicológica desanimada… y eso, que no tenía yo el cuerpo para mucha fiesta. Así que decidí que no iba a ir. Fui al copeo toda mona y luego a la camita. Me pareció buena idea entonces, reconozco que me arrepiento. Por lo visto fue algo parecido a Sodoma y Gomorra. Si me arrepiento de no haber ido no es sólo porque podría haber recuperado mi inversión en forma de descomunales dosis de alcohol o porque quisiera haber sido partícipe de tan lujurioso espectáculo, sino porque de haber estado allí, podría haber sido testigo de muchas de las situaciones que ahora mis amigos me cuentan y que tengo que escuchar con fingida impasividad, como si no me estuviera dando dentera.
Podría haber resumido las dos últimas oraciones en una palabra: envidia. Pero me gusta la rimbombancia. Por cierto, no estoy sumida en ninguna depresión, que nadie se alarme.
La cuestión es que no fui. Y si hubiera ido podría estar contándoos como de enooorme era el local o lo salidos que iban los hombres en general – huelga decir que ese es el estado natural del 80% de los machos brasileños-  o lo alarmantemente cortas que son las faldas de las brasileñas o como fui testigo de una pelea de chicas en el baño o como de bien sienta que saquen desayuno a las 7 de la mañana. Pero no. Así que allá vamos:

Portugués para hispanohablantes idiotas. Lección 1.
                                  
El español y el portugués comparten el 80% del vocabulario. Pero no os emocionéis, que suena más bonito de lo que en realidad es. Para hablar portugués uno tiene que trasladarse como 400 años en la historia de la lengua española. Me refiero a que en portugués usan palabras que podríamos catalogar como  vocablos en desuso del español. Venga, ejemplitos, que eso ayuda a interiorizar conceptos:

-          Achar.  Significa creer, pensar (en sus acepciones más dubitativas. No dicen “Eu acho em Deus”, eso suena rarísimo) o decir (conjugado en condicional) y se parece mucho a nuestro fantástico hallar (pronunciado por un argentino), que ya no usa ni Peter y que para nosotros significa encontrar. Nótese que en catalán sí se usa trobar.
Eu acho que você é muito legal à Creo que molas mucho.
Você tem as minhas chaves? Acho que tenho à ¿Tienes mis llaves? Diría que sí
A gente acha que é melhor assim à Pensamos que es mejor así.
[A gente = nosotros]
-          Precisar. Vale, este no se trata de un arcaísmo en toda regla pero… ¿teniendo “necesitar” quien usa “precisar”? Los brasileños.
… y tantos otros que ahora no recuerdo.

Portugués para hispanohablantes idiotas. Lección 2.

Si el español antiguo no funciona, usa el catalán o las pocas nociones de italiano que tengas. Ejemplos:

-          Agujero en catalán es forat. En portugués es furo.
-          Lençóisà Llençols. Sábanas.
-          Joelhoà Genoll. Rodilla.
-          Grosso à Grosso en italiano. Grueso.
-          Fome à Fam. Hambre.
...etc, etc, etc.


Portugués para hispanohablantes idiotas. Lección 3.

Llega el capítulo de la dicción.
·         En portugués la ele existe pocas veces. Isabel es Isabeu, legal es legau, filme se pronuncia fiumi.
·         Esa es otra: la “e” final la cambian por una “i”, o simplemente no la pronuncian. Boa noite à Boa noich. Bifeà Bifi
·         La “o” a final de palabra se pronuncia “u”: Tenho à Tenhu. Trabalho à Traballu.
·         Pocas des son des como Dios manda. Las transforman en ges. Faculdadeà Facuudagi. Direitoà Gireitu.
·         ão: “a” super nasal (tienes que notar que te vibra la pituitaria) seguida muy rápidamente de una “u”. El diptongo brasileño por antonomasia.  Locacão à Locasau. Joãozinho à Xuauzinhu. Opçãoà Opsau
·         Si hay una sola erre, se pronuncia como en inglés, sin baterla contra el paladar. Si hay dos o la erre está a final o inicio de palabra, se pronuncia como en francés, desde la garganta.

Y esto es todo por hoy amigos. De regalo,  os dejo unas pocas locuciones de lo más útiles para la vida diaria en Brasil.


-          Oi! à Es algo así como hola. Puedes decirlo al teléfono, solo para llamar la atención de alguien o para sustituir tan típico saludo.
-          Tudo Bem? à Literalmente –como supongo que habréis entendido solitos- significa “¿Todo bien?” pero es más bien como un “¿Qué tal?”. Lo que dicen al saludar. Hay un gran surtido de opciones para responder. Allá van algunas:
o    Tudo bom!
o    Beleza!
o    Tudo tranqüilo!
o    Ótimo!
o    Com saúde!
o    Valeu!
o    Joia!
o    Tudo certo!
...y tantas otras. Nunca responden lo mismo que se les pregunta, por mucho que lo intentes.
-          Porra! à ¡Mierda!
-          Isso! à ¡Esto! (como… ¡a eso me refería!)
-          Com certeza à Seguro.
-          Fica a bondadeà Como si estuvieras en tu casa, tanto como quieras, dispón.
-          Não acredito! à ¡No me lo creo!
-          Vai se foder! (Fodase!) à ¡Que te jodan!
-          Pra caramba/caralho à Más que mucho. Ej. Foi engraçado pra caramba (Fue muy, muy divertido. Divertido de cojones, vaya).
-          Moço(a)/Menino(a)/Garoto(a)/Garotinho(a)... à chico(a).

Otra cosa curiosa es  que a los brasileños les gusta mucho la redundancia. No responden “sí” a las cosas, sino que usan el verbo que acabas de utilizar para formular tu pregunta. Les preguntas… “¿Você gosta do suco de maçã?” Y uno espera que le digan “sim” o “não”. Pues ellos, más chulos que un ocho, te responden...”gosto”
Y en cuanto a ortografía…desaprende lo que aprendiste en el colegio. En portugués, delante de r…v (Livro), por ejemplo.


Enough for today. Aquí estamos todos locos.

1 comentario:

  1. Si realment aquest post ha estat el trigger per que fes el meu, què menys que fer-ne el reconeixent, no?

    Btw, oi! també és una manera informal de dir hola! en japo

    Muito interessante
    Agora já posso escrever em português! :P

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