domingo, 9 de enero de 2011

Documentarse es importante: Sao Paulo y otros asuntos

Sao Paulo es la metrópolis más grande de América del Sur y el principal centro financiero del país. Según mi prometido, Mr.Google-que-todo-lo-sabe, la ciudad tiene unos 18 millones de habitantes. Algo así como 9 veces Barcelona; se me desencaja la mandíbula solo pensarlo. De verdad espero que toda esta gente esté bien repartida por el territorio. Odio las multitudes, me sacan de quicio. Parece que siempre andas a contracorriente y es entonces cuando empiezo a resoplar y me entran sudores fríos. Quizás es porque crecí en el campo entre maíz, gallinas y pavos reales (sé que os da envidia porque fue una infancia de película y sí, en mi jardín había –hay- pavos reales). Al tema: Se ve que el transporte público no es su fuerte, que el metro es pequeño comparado con la ciudad y a pesar de todo es el mejor del continente. Lo usan 3,3 millones de personas diariamente. Pero seamos sinceros, allí abajo no tienen economías especialmente boyantes (aunque en Brasil apuntan maneras) que puedan permitirse modernísimos sistemas de transporte público a la europea. Bah, en realidad el metro de Barcelona es más bien una mierda, así que no me voy a quejar más del de Sao Paulo, fundamentalmente porque todavía no lo he visto.  
No sé donde leí o escuché que hay unos 25 asesinatos diarios en la ciudad. ¡Fiesta! Lo cierto es que poder ser asesinada de un tirotazo en la sien añade emoción al asunto. De algo hay que morir oye, y mejor ahora que no tengo hijos que mantener, ni marido que me eche de menos, ni hipoteca que pagar... ni obligaciones serias que cumplir así en general. No, no me quiero morir en Sao Paulo -de hecho, es posible aunque no probable- pero si ocurriera… enterradme en San Miguel (el lugar donde crecí), sin ataúd si puede ser. Y si no puede ser, pues le decís a la administración que se lo metan por el culo y me enterráis sin ataúd igualmente. Mi cadáver habrá viajado desde Brasil hasta España y tendrá que aguantar vuestra lucha contra la burocracia, así que cuando llegue el momento de hacer algo con mi cuerpo ya estaré a medio podrir y seguro que a quien sea que se dedique a meter los cuerpos en los ataúdes le dará asco hacer lo mismo con el mío, lo cual será fantástico, porque tendréis una excusa para enterrarme sin él. Ups, que tono tan macabro está tomando esto. No quiero que nadie que haya perdido a alguien cercano últimamente lo tome como una burla, es sencillamente lo que quiero que hagan con mis despojos en caso de que me pase algo en la otra mitad de la tierra. Además, hablar abiertamente de la muerte es sano. Caga hasta el rey. Nos vamos a morir todos, quiero decir.
Sigamos con Sao Paulo. Curiosidades: Fue fundada como misión jesuítica. Posee la mayor flota de helicópteros del mundo después de Nueva York. También es la tercera ciudad con más rascacielos, después de Hong Kong y Nueva York (¿Os habéis fijado? Los pobres siempre van después de Nueva York, me pregunto si eso habrá influido de algún modo en la personalidad de sus gentes). Tienen caimanes albinos en el acuario. Se producen 17.000 taquitos de sushi por hora. Es donde se encuentran las mayores colonias japonesa, italiana, española y portuguesa fuera de los países a los que corresponden dichos gentilicios. Tienen el mayor templo budista de América latina. La mayor biblioteca cuenta con 150mil libros, toda una fuente de sabiduría –me va a venir al pelo para aprender el idioma. El 60% de los millonarios brasileños viven en Sao Paulo (a ver si consigo casarme con uno). Sólo el 0,5% de la población es amerindia, es toda una ciudad colona, porque el 70% son blancos. Señores, Sao Paulo NO tiene playa, una auténtica desgracia. Pero lo mejor es que Sao Paulo MOLA, y mucho.
Tiene muchos teatros y una orquestra sinfónica fantástica. Me muero de ganas de ir a ver lo que sea al teatro municipal. Yo diría que se parece ligeramente al teatro real de Madrid. Aquí os dejo una foto, mirad qué preciosidad:


Y ahora, datos desconsoladores: A pesar de que se conocen más las Favelas de Río (probablemente por la película Cidade de deus), en Sao Paulo hay más de 2 millones de personas vivendo en favelas, frente al casi millón y medio de Río de Janeiro. En el término municipal de Sao Paulo hay unas 615. Supongo que ya lo sabréis, pero por si a alguno se le escapa... las favelas son aglomeraciones de viviendas informales y precarias que nacen entorno a las ciudades grandes de Brasil. Es lo que nosotros conocemos como barriadas, los anglosajones denominan Slums, el resto de América las llama Pueblo Joven o Villa Miseria (no puedo evitar que este último me resulte divertido) y los indios se refieren a ellas como Bustees. Por lo visto el documental Favela Rising  las retrata bastante bien. No lo he visto, así que esto no es una recomendación.
Vamos a cosas menos funestas: al contrario de lo que muchos creéis, allí no hace calor todo el año. Sao Paulo tiene un clima SUB-tropical, que no tropical chicos. La temperatura media anual es de 19ºC y en julio no van en bikini porque es invierno. No es invierno de abrigo de piel de oso polar y manoplas de plumas de pingüino imperial, pero sí de chaquetita de lana, ¿nos entendemos? En 1918 nevó, ¿Quién sabe si podría repetirse?
Otra cosa graciosa: resulta que los brasileños andan debatiendo si la felicidad es un derecho constitucional. Se plantean estas cosas porque según no-se-qué publicación son una de las naciones más felices del mundo, así que supongo que quieren institucionalizar su genuina singularidad. Nosotros no lo hacemos porque no lo somos -los más felices del mundo, digo. Sencillo.
El portugués: me resulta difícil decir que en Brasil hablan portugués y no brasileño. No es que no entienda el concepto, es que mi cerebro me engaña. Por la misma regla de tres, en Bolivia deberían hablar boliviano, en Panamá panameño y en Argentina argentino, sin embargo no me cuesta decir que ellos hablan español. ¿Será que estoy poseída por el espíritu de un colono de la península? Ah, y es increíblemente fácil de leer. Qué pena que no pase lo mismo con el habla. “Sur” es “sul” en portugués, por algún motivo me hace mucha gracia.
Aquí os dejo las coordenadas de Sao Paulo, por si alguien quiere enviar un misil o buscar la ciudad en Google Maps: 23°32′56″S 46°38′19″O.
Ya basta. Otro día más.

4 comentarios:

  1. Ya te he puesto en seguir, Isa. Leeré ávidamente todas las aventuras brasileñas que vayas narrando en tu blog. Y, por cierto, te agradezco el link redactado en los siguientes términos: Álvaro Gúrpide, escritor y crítico de cine. Jajaja. Es un link elogioso y que suena de forma muy convincente ahí puesto con tanta pompa y solemnidad. Es perfecto. Saludos.

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  2. ¡sabía que te gustaría! Yo sigo con bastante asiduidad tus críticas. ¿Viste el discurso del rey?

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  3. Sí que la vi, pero no escribí nada sobre ella. Me pareció correcta, entretenida, bien interpretada, buena. Pero tampoco genial, ni siquiera memorable. ¿Tú la has visto? ¿Qué opinas?

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