Se me olvidó contaros lo tremendamente mal que lo pasé la semana pasada. Tuve presentación en portugués. Sí, señores, me puse nerviosísima. Es que… presentar en un idioma que no dominas delante de 20 personas que sí lo hacen… no es tarea fácil.
La cuestión es que, a pesar de que me aprendí de memoria todo lo que tenía que decir –cosa que no hago nunca en español-, al ponerme delante de la clase se me olvidó todo. Así que prácticamente acabé leyendo de mi chuleta. Terrible. Me puse roja como un tomate, luego a sudar cosa mala, tuve que sacarme chaquetas, bufandas y parecidos y acabé cambiando a inglés después de disculparme. Evidentemente entre risillas empáticas de mis compañeros, que agradecí. Muy bochornoso en general.
No es que no sepa bastante portugués ya (no soy ninguna experta pero no lo llevo mal)… el problema es que hablo portugués da rua, de calle. Puedo mantener una fantástica conversación con amiguetes sobre el sexo de los ángeles, pero hablar sobre un relatório de sustentabilidade llamado GRI es otro tema. El vocabulario business me baila bastante.
Pero de todo se aprende, la siguiente irá mejor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario